A saída de Nascimento


La "herencia maldita" golpea de nuevo a Dilma

Alberto Armendariz
Corresponsal en Brasil

Jueves 07 de julio de 2011 | Publicado en edición impresa

Ahora, su sucesora, Dilma Rousseff, enfrenta el desafío de sobreponerse a la "herencia maldita" que, en política, parece haberle dejado su padrino.

En tan sólo seis meses de gobierno, la gestión de Rousseff sufrió dos salidas de ministros y, en ambos casos, de hombres dejados en el poder por Lula y derrumbados por acusaciones de corrupción.

El primero en caer, el mes pasado, fue su jefe de gabinete, Antonio Palocci, y ahora el ministro de Transportes, Alfredo Nascimento. El resultado es que, a mitad de su primer año al frente del Palacio del Planalto, la presidenta ya tiene tan minado su camino como si se tratara del último semestre de su mandato.

"Es preocupante porque fueron dos escándalos de corrupción en un plazo muy corto y a muy poco tiempo de haber asumido el poder. El desgaste político es muy grande", advirtió a La Nacion el historiador y analista político Marco Antonio Villa, de la Universidad Federal de San Carlos.

En el caso de Palocci, principal articulador político de la presidencia en el Congreso e interlocutor ineludible con el sector empresarial, el daño fue mucho mayor que el que se permitió ahora Rousseff.

La presidenta -bajo el consejo del propio Lula, que intervino en la crisis- defendió a su jefe de gabinete por varias semanas hasta que ya se avecinaba una investigación por tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito en el Congreso. Era entendible: Palocci había sido su jefe de campaña durante la contienda electoral del año pasado y se había vuelto una de las personas en la que más confiaba.

No era el caso de Nascimento, con quien Rousseff ya había tenido encontronazos cuando ella era jefa de gabinete de Lula. Bajarle el pulgar fue personalmente más fácil. Y también influyó que el ahora ex ministro de Transportes no fuese de ninguna de las dos fuerzas principales de la coalición gobernante: ni del propio Partido de los Trabajadores (PT) ni del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

El Partido de la República, al que pertenece Nascimento, tiene un peso menor, no podrá hacer tambalear al gobierno con sus exigencias, aunque goza de bastante influencia entre los evangélicos.

El problema es que la imagen de la joven administración de Rousseff queda ahora ya muy manchada, sobre todo si se tiene en cuenta que en plena campaña también estalló un escándalo de tráfico de influencias que involucró a quien era su mano derecha cuando ella era jefa de gobierno y fue su sucesora en el cargo, Erenice Guerra.

"Podría decirse que las denuncias de corrupción están en el ADN de esta administración, gracias a que el padre de la criatura fue Lula", indicó el profesor de Ciencias Políticas David Fleischer, de la Universidad de Brasilia. Sin embargo, el académico cree que Rousseff ha aprendido de su poca experiencia al demostrar más celeridad al resolver el más reciente caso, y tiene el tiempo a su favor.

"Dilma puede salir personalmente fortalecida si se decide a sacar a todos los funcionarios del pasado que pueden tener esqueletos en el armario, e impone su propia gente y estilo", subrayó.

En sus esfuerzos, la mandataria podría toparse con el socio de la coalición oficialista que más favorecido ha salido de estas crisis: el PMDB, que, al ser el partido político con mayor estructura en Brasil y haber estado ajeno a los escándalos -hasta ahora- hará valer su cuota de influencia en las importantes tomas de decisiones que se aproximan.

Muchas de ellas están relacionadas con las grandes obras públicas planeadas para el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro, y en las cuales el Ministerio de Transportes tiene un rol fundamental.

Mucho es el dinero, el poder y la visibilidad que está en juego, y los principales actores políticos no querrán quedarse al margen.

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    # por Dawran Numida - 7 de julho de 2011 às 18:40

    Houve um filme com Anthony Quinn, chamado RPM-Revoluções por Minuto. Por aqui seria CPM, por razões óbvias.